¿Quién dice que no?

¿Quién dice que no es flamenco bailar con kimono? ¿Quién que no se puede tentar al bajio vistiendo una bujería de amarillo? ¿Quién ha dicho que ellas no pueden mostrarse viriles bailando palos de hombre y ellos sensuales moviendo un abanico? ¿Quién que no se puede deconstruir una seguidilla? ¿Quién dice que en el árbol del flamenco no pueden brotar ramas nuevas?

¿Quién dice que no? es mucho más que un canto a la ambigüedad o una firme invitación a arrancarse las máscaras. El espectáculo de David Romero, finalista En el VII Certamen de Coreografía de Madrid, nace de la necesidad de encontrar una voz propia en un mundo, el del flamenco, en el que a veces parece estar todo dicho. Del deseo de experimentar sin más cortapisas ni más tabúes que los que impone el respeto a éste arte.
El resultado es una colorista reivindicación De la libertad de expresión. Una apuesta por la diferencia.